Un grupo de la UNESCO visitó la UNS para colaborar con la respuesta a esta pregunta. “Nos encontramos con una voluntad muy grande por parte de las autoridades de vincularse con el medio”, valoró el coordinador de la misión.
Un equipo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se encuentra realizando una visita a Bahía Blanca para evaluar los daños que sufrieron por la inundación las instituciones culturales y universitarias de la ciudad. Entre las organizaciones con las que tomaron contacto se cuenta nuestra casa de estudios.
La misión -integrada por Ernesto Fernández Polcuch, Director de la Oficina Regional de la UNESCO en Montevideo; Ignacio Lacata, portfolio manager de UNOPS Argentina; y Alberto Manganelli y Tommaso Pacetti, expertos en hidrología- se reunió este lunes al mediodía con el rector, Daniel Vega, la vicerrectora, Andrea Castellano; el secretario de Relaciones Institucionales, Pablo Marinángeli y la subsecretaria de Vinculación Tecnológica, Mariana Mancino.

En el encuentro en el Rectorado, que se prolongó por más de una hora y media, se analizaron herramientas de la UNESCO para colaborar con la universidad en la gestión de la recuperación pos catástrofe del 7 de marzo más allá de la infraestructura, sino sobre todo en las capacidades científicas y académicas. Además, se comentaron iniciativas que podrían ponerse en marcha tanto en la UNS como encabezadas por ésta en la región, como una Cátedra UNESCO de prevención y gestión del riesgo y la creación de un geoparque regional para valorizar el patrimonio histórico, paleontológico y geológico de la zona.
“Nuestro trabajo apunta a ayudar a mirar el impacto de la inundación de otra manera, más allá de la infraestructura, y sobre todo centrado en el derecho de las personas a la educación, la ciencia y la cultura”, expresó Fernández Polcuch. El visitante reconoció que Bahía Blanca es la ciudad de Argentina con mayor proporción de científicos por cantidad de habitante, pero a la vez destacó que “podemos colaborar con metodologías y formas de estandarización internacionales para analizar qué y cómo evaluar, y generar capacidades para prevenir y trabajar pos desastre. Nosotros contamos con experiencia para estructurar capacidades, por ejemplo a través de iniciativas como una cátedra UNESCO que pueda funcionar en la UNS y trabajar de forma multidisciplinario con la población y con los tomadores de decisiones”.

“Cuando relevamos la información vimos las aptitudes que la universidad tiene, y el papel que tuvo luego de la catástrofe desde lo científico pero también desde lo social, y al llegar nos encontramos con una voluntad muy grande por parte de las autoridades de vincularse con el medio, de buscar caminos para fortalecerlo y de integrarse a redes que permitan consolidar este trabajo”, reconoció.
“La universidad es un actor central en la comunidad regional, somos un ecosistema que involucra a 40 mil personas en Bahía Blanca, y tenemos muchísimo para aportar para la reconstrucción de la ciudad y para la prevención de los daños de futuros eventos extremos, que no tenemos dudas que volverán a ocurrir”, dijo el rector Vega. “Contar con el apoyo de la UNESCO para realizar este trabajo es importantísimo. Nos permite dar un salto de calidad a partir de si experticia y significa el acompañamiento con cuadros técnicos y metodologías de trabajo que nos permitirán cumplir mejor ese rol de estar al servicio de la comunidad”, agregó.
Luego del encuentro en el Rectorado la delegación compartió un almuerzo de trabajo con las autoridades y realizó una recorrida por las áreas afectadas del complejo Alem. Allí el 7 de marzo quedaron bajo más de dos metros de agua unos 10.000 metros cuadrados que incluyen parte de la Biblioteca Central, aulas y laboratorios, con pérdidas de patrimonio bibliográfico y equipamiento científico por varios miles de millones de pesos.
Este martes mantendrán un encuentro en el Campus de Palihue con académicos de la UNS especializados en temas de hidrología y posteriormente realizarán un recorrido por la zona de Puente Canessa del arroyo Napostá.






